Colocada alrededor de la parte superior del estómago, se ajusta y limita su capacidad para expandirse. Este conducto retrasa el vaciado de los alimentos. Por lo que el paciente siente una
sensación de saciedad con la ingesta de poca cantidad de comida y, por tanto, come mucho menos, lo que le permite perder peso de manera progresiva en los meses posteriores.
La intervención se conoce como operación gástrica restrictiva. Es poco invasiva. Sólo se realizan varias incisiones de pocos centímetros, a través de las cuales se introduce la banda gástrica y todo el instrumental.
Este tratamiento no interfiere en el proceso digestivo normal.
Los resultados de este procedimiento son favorables en la mayoría de los casos. Se estima que la pérdida de peso es del 35% – 40% (dependiendo de cada persona), de manera gradual y en menos de 2 años.