Identifica tu tipo de abdómen
Si los kilos, la distensión abdominal o las malas digestiones han sido las protagonistas en estas fechas navideñas, acércate a Clínicas Massana porque podemos ayudarte a solventar estos problemas.
La falta de masticación, las comidas copiosas y/o más grasientas, los horarios irregulares de comidas, el consumo aumentado de alcohol y de dulces; pudieran ser algunas de las causas más frecuentes de un abdomen inflamado. Pero, ¿y si además son zonas de grasa acumulada o inflamación digestiva?
Establecer una nutrición adecuada será lo principal para obtener los resultados que deseas. Opta por ingerir un caldo a base de verduras en el que el ingrediente estrella sea el apio, que por sus propiedades drenantes mejora la distensión gástrica facilitando así la eliminación de líquidos. La combinación con proteínas de alto valor biológico como el huevo, carnes limpias o pescados magros harán mejorar tu estado de salud.
Los probióticos, el hinojo, la alcaravea, la manzanilla, el regaliz o el anís infusionado contribuye a disminuir el volumen corporal, facilitando así la eliminación de líquidos y mejorando las digestiones. Pero si a pesar de todo, el abdomen no consigue retraerse quizás tengas grasa localizada. Es interesante descartar también una inflamación ocasionada por acidez gástrica persistente, estreñimiento o intolerancias alimentarias.
Existen diferentes tipos de barrigas, de los cuales las más comunes son:
– Barriga por estrés: “el estrés engorda” puede resultar tópico pero lo que es cierto es que el cuerpo se pone en alerta liberando así una hormona llamada cortisol. Ésta a su vez glucosa a la sangre y, si no se combustiona generará ganancia de peso.
Un estrés continuado y permanente, ocasiona malas digestiones, abdomen inflamado, gases, dolor abdominal, cansancio e inclusive colon irritable. Para relajarte ayúdate con infusiones tipo valeriana o tila, aprende a comer despacio, utiliza técnicas de relajación y/o mindful eating, evita bebidas con gas y cafeína y, en general los alimentos que consideres que te inflamen. Es importante ponerte en manos de dietistas-nutricionistas para evitar posibles carencias nutricionales tras la retirada de alimentos durante un cierto tiempo. Complementa tu alimentación con el consumo de probióticos.
Con el deporte, los estiramientos y las respiraciones conseguirás que tu cuerpo genera adrenalina siendo así una parte importante para solventar tu problema.
– Barriga redonda o de flotador: aparece en personas sedentarias y/o con malos hábitos alimenticios depositándose así la grasa alrededor de todo el abdomen. El balance energético suele ser positivo, es decir, que ingieren mayor cantidad de calorías que lo que su organismo gasta, lo que supone un sobrepeso.
El tratamiento disciplinar sería establecer un cambio junto con un plan estratégico alimentario que se adapte a ti. Complementa con ejercicio físico de bajo impacto y fuerza para activar la musculatura.
– Barriga baja: suele aparecer en personas activas. Se trata de una barriga de volumen reducido y difícil eliminación por lo que supone una exigencia mayor en la alimentación y en la actividad física.
Y tú, ¿con cuál te identificas?