El bypass gástrico es una técnica laparoscópica de tipo mixto que se utiliza para tratar la obesidad mórbida. Consiste en reducir la capacidad del estómago y conectarlo al intestino delgado, consiguiendo así que la cantidad de alimentos ingerida sea menor y que, por otro lado, disminuya la absorción calórica y de nutrientes.
Pese a que la bolsa estomacal queda reducida, el resto del estómago no se extrae, sino que queda cerrado mediante grapas. Al reducir la capacidad del estómago, el paciente experimenta rápidamente una sensación de saciedad y de reducción del apetito.
Con este procedimiento se consigue mejorar notablemente la calidad de vida del paciente, que puede perder hasta un 70% del exceso de peso, lo que le convierte en la técnica de cirugía bariátrica más utilizada en la actualidad.
Lo que dicen nuestros pacientes
Desde el primer momento entendieron el caso. Me hicieron un tratamiento totalmente personalizado. Aparte de las dietas tuve un tratamiento con aparatología según mis necesidades y revisiones médicas constantes.
Siempre fui una persona con sobrepeso desde que tenía 14 años, hice un montón de dietas tratamientos y de todo, la verdad es que bajaba bien de peso al principio pero al poco tiempo volvía a recuperarlo y así toda mi vida. Fui al endocrino para que me diera una solución y me comentó la posibilidad de realizarme esta operación y que era la medida que él veía más duradera ya que estaba ya con problemas de diabetes, hipertensión y colesterol y me decía que era muy joven para estar ya así.
Se lo comenté a mis padres y empezamos a visitar cirujanos para que nos dieran su opinión. La verdad es que en Valladolid no hubo muchos sitios donde mirar pero finalmente dimos con unos cirujanos que venía de Madrid y que pasaba consulta en Clínicas Massana que nos gustó mucho. Me recomendó una técnica que no había oído nunca que se llama Scopinaro para que pudiera hacer después una vida normal a nivel de alimentación ya que era lo que más me echaba para atrás de operarme. Al final me decidí y creo que es la mejor decisión que he tomado en mi vida, empecé con 120 kg y después de 1 año operada ya estoy en 75 kg y sigo bajando no tengo sensación de hambre en ningún momento ni ansiedad. Me ha estado todo este año viendo una nutricionista y controlando junto a una psicóloga que me incluían con el precio de la cirugía, que por cierto era en la única clínica que me lo incluían, y ahora estoy yo sola pero muy bien. Lo único que me tengo que vigilar de vez en cuando el tema de las vitaminas ero por lo demás, vida normal.